Enfermedad Diverticular

La enfermedad diverticular es una afección del colon en la cual se desarrollan pequeñas bolsas o sacos, llamados divertículos, en las paredes del intestino grueso. Estos divertículos se forman cuando las paredes del colon se debilitan, permitiendo que parte de la mucosa intestinal sobresalga a través de puntos débiles.

Aunque en muchas personas los divertículos no causan síntomas (diverticulosis), en algunos casos pueden inflamarse o infectarse, dando lugar a lo que se conoce como enfermedad diverticular complicada.

¿Qué es la Enfermedad Diverticular?

Los divertículos son pequeñas bolsas que se desarrollan en los puntos débiles del intestino grueso, generalmente en el colon sigmoide. La enfermedad diverticular puede clasificarse en dos formas:

  1. Diverticulosis: Es la presencia de divertículos sin síntomas. Muchas personas tienen divertículos en el colon sin saberlo, ya que no siempre causan problemas. Esta forma de la enfermedad generalmente no requiere tratamiento.

  2. Diverticulitis: Es cuando los divertículos se inflaman o se infectan. Esto puede causar dolor abdominal, fiebre, náuseas y cambios en el hábito intestinal, como estreñimiento o diarrea. En algunos casos graves, la diverticulitis puede dar lugar a complicaciones como perforación, abscesos, sangrados o fístulas.

Síntomas Comunes de la Enfermedad Diverticular:

  • Dolor o cólicos abdominales, especialmente en el lado izquierdo del abdomen.
  • Fiebre y malestar general.
  • Cambios en los hábitos intestinales, como diarrea o estreñimiento.
  • Náuseas y vómitos.
  • Sangrado rectal (en casos graves o complicados).

Tratamiento Quirúrgico de la Enfermedad Diverticular

El tratamiento quirúrgico de la enfermedad diverticular se reserva generalmente para los casos graves o complicados de diverticulitis, cuando los tratamientos conservadores (como antibióticos y cambios en la dieta) no han sido efectivos, o cuando se presentan complicaciones que amenazan la vida del paciente.

Indicaciones para la Cirugía

La cirugía puede ser necesaria en los siguientes casos:

  • Diverticulitis complicada: Cuando hay complicaciones graves como perforación, absceso grande, fístulas (conexiones anormales entre el intestino y otros órganos), sangrado masivo o peritonitis (inflamación generalizada del abdomen).

  • Diverticulitis recurrente: Cuando un paciente experimenta episodios repetidos de diverticulitis que no se pueden controlar con tratamiento conservador.

  • Obstrucción intestinal: En algunos casos, los divertículos pueden causar obstrucción del intestino, lo que puede requerir cirugía para eliminar la parte afectada del colon.

 

Procedimientos Quirúrgicos:

Resección del colon (colectomía):

La cirugía más común para la enfermedad diverticular complicada es la colectomía, que implica la extirpación de la porción del colon afectada por los divertículos. Dependiendo de la gravedad de la enfermedad, el cirujano puede optar por realizar una colectomía parcial (eliminando solo la parte afectada del colon) o, en casos más graves, una colectomía total.

Después de la resección, en algunos casos, el cirujano realiza una anastomosis (conexión) entre los dos extremos del colon restantes. En otros casos, si la cirugía se realiza durante una infección activa, es posible que se realice una colostomía temporal, donde el colon se conecta a una bolsa externa para permitir que el intestino se recupere antes de realizar la reconexión.

Cirugía laparoscópica:

La cirugía laparoscópica es un enfoque mínimamente invasivo que utiliza pequeñas incisiones y una cámara (laparoscopio) para guiarnos durante la operación. La laparoscopia tiene varias ventajas, como menor dolor postoperatorio, menos tiempo de hospitalización y una recuperación más rápida. Sin embargo, no todos los casos de enfermedad diverticular son adecuados para este tipo de cirugía, especialmente en situaciones donde hay mucha inflamación o complicaciones graves.

Colostomía temporal:

En algunos casos, si el intestino está gravemente inflamado o si se presenta una complicación, se puede realizar una colostomía temporal. Durante esta cirugía, una sección del colon se desvía hacia una abertura en la piel (estoma) y se conecta a una bolsa externa en la que se recoge el contenido intestinal. Esta es una solución temporal que permite que el intestino se cure antes de realizar una cirugía más definitiva, como la reconexión del intestino.

Desbridamiento de abscesos:
Si un absceso (una acumulación de pus) se forma debido a la diverticulitis, el cirujano puede realizar un drenaje quirúrgico para eliminar el pus y ayudar a controlar la infección.

Riesgos de la Cirugía

Como cualquier cirugía, la cirugía para la enfermedad diverticular implica ciertos riesgos, como:

  • Infección.
  • Sangrado.
  • Obstrucción o fuga en las uniones del intestino (anastomosis).
  • Reaparición de la diverticulitis.
  • Reacciones adversas a la anestesia.

Prevención y Cambios en el Estilo de Vida

Después de la cirugía, los pacientes deben seguir ciertas recomendaciones para prevenir la recurrencia de la enfermedad diverticular:

  • Dieta alta en fibra: Aumentar la ingesta de fibra (a través de frutas, verduras y granos enteros) para mantener el colon saludable y evitar el estreñimiento.
  • Hidratación adecuada: Beber suficiente agua es fundamental para mantener la función intestinal adecuada.
  • Ejercicio regular: La actividad física ayuda a prevenir el estreñimiento y favorece la salud digestiva.
  • Evitar el tabaco: Fumar puede aumentar el riesgo de complicaciones y afectar la recuperación.

Recuperación Después de la Cirugía

La recuperación de la cirugía depende del tipo de procedimiento realizado, la gravedad de la enfermedad y la salud general del paciente.

Algunas pautas generales incluyen:

  • Hospitalización: Después de una colectomía, la mayoría de los pacientes permanece en el hospital de 3 a 7 días. Durante este tiempo, el equipo médico supervisa el progreso de la recuperación y controla el dolor y las infecciones.

  • Dieta: El paciente comenzará con una dieta líquida y progresará gradualmente a alimentos sólidos a medida que el intestino se recupere.

  • Actividad física: Se recomienda evitar actividades extenuantes durante las primeras semanas de recuperación.

  • Seguimiento médico: Es crucial el seguimiento postoperatorio para asegurar que no haya complicaciones, como infecciones o problemas con la anastomosis.

Si sufres de enfermedad diverticular o estás experimentando síntomas graves, consultanos para evaluar la opción de tratamiento más adecuada.